Una parte de tí
En ocasiones descubres
en el rincón más inesperado
una parte de ti
dormida.
La miras,
no desde fuera
como un fantasma
sino escrupulosamente
metida en sus zapatos
viendo por sus ojos, gozando con sus saltos
y sigues bailando
feliz con ella
feliz ante el reencuentro, sorprendida por la verborrea
incesante y jovial
de aquella mujer
valiente y viva.
Incapaz de ceder
a la equidistancia
la acompaño a casa
casi amaneciendo
-Duerme a mi lado-
le digo,
hay sitio de sobra.
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