Una parte de tí

En ocasiones descubres en el rincón más inesperado una parte de ti dormida. La miras, no desde fuera como un fantasma sino escrupulosamente metida en sus zapatos viendo por sus ojos, gozando con sus saltos y sigues bailando feliz con ella feliz ante el reencuentro, sorprendida por la verborrea incesante y jovial de aquella mujer valiente y viva. Incapaz de ceder a la equidistancia la acompaño a casa casi amaneciendo -Duerme a mi lado- le digo, hay sitio de sobra.

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