Eliminar toxinas
Que levante la mano quien no necesite un exilio inmediato. Un exilio de veinte minutos Una cabezada. Que tire la primera piedra, o mejor un avión de papel un trozo de pan, inocente, quien que no sueñe con un retiro eventual al Portugal que mira al mar, que nos da la espalda. Un retiro donde mirar al horizonte marino donde dicen que uno se vuelve ser humano en desarrollo y respirar. Qué empático cualquiera, poroso como un hueso de pollo, en demasía, no requiere terapia en esta España que nos pintan doliente, en esta España que es también jovial, tabernera, artista pero dirigida sin cesar al borde del suicidio recurrente. España...a quella que una vez juré amar con un amor de amiga sin fanfarrias. Esta España, que a ratos se reconcilia con su bandera y ondea su patria en los balcones, es la misma que se empeñan en cocer en el rencor de su propia salsa, expulsando a quienes náufragos, hartos del furor cainita aspiramos