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Mostrando entradas de 2017

Convénceme tú

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Convéncete. Llevo amándote cada día, religiosamente. Convocando tu nombre, hasta el punto, de haberlo usado como contraseña de inicio. Reenumerándolo, con afán devoto, cada 14 días antes de que expirase, no mi amor, sino las letras con que te digo. Mi amor es, de una generosidad patológica. Tal vez, de hecho, sea mi amor excesivo, fanático, inmerecido. Porque tú, para ser sinceros, dejando ya a un lado la jodida postverdad  con la que todo lo envuelves, jamás me has convencido a mí  de merecer mi amor, en modo alguno. Me miras, eso sí, con cara de tener derecho. Simplemente. Como estas pretensiones modernas indubitadas. Derecho a decidir. Derecho a ser madre. Derecho a no ser madre. Derecho a ser amado por ti o a tener  la plácida vida asexual de un ciborg. Frente a tal imaginario existencial, yo, amor mío, quizás sea una pánfila, Es más, estoy segura de ser una pánfila de libro, Por no haber, inventado mis propios derechos inalienab

Algo bonito

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-Dime algo bonito. Verás- Tú me das un clavel y yo te daré mi zapato con un caracol pegado. No lo lances con asco, confía en mí. Es un símbolo de mi amor diverso, amorfo, desmoldado. Escríbeme BO-NI-TO en el antebrazo Así, con un boli bic en mayúsculas porque, lo creas o no, necesito verlo a diario. Hoy he oído violines tocando, retumbando como ángeles custodios en los bajos de hormigón que recorro cuando voy al trabajo. Sí, estoy segura, eran ángeles. Porque al oírlos he pensado, que toda esta pena  se pasaría si tú me das un clavel y yo te doy mi zapato con un caracol pegado. Símbolo de mi amor diverso, amorfo, desmoldado.

Vista cansada

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Necesitamos abrir el foco el gran angular que mire lejos, una pupila dilatada por la luz buscando un horizonte. No queda otra opción. Porque si hoy miramos cerca, demasiado cerca, únicamente cerca, nuestra vista cansada, cansada, tan cansada… sólo distinguirá los borrones de figuras blancas ajenas espectralmente abatidas.

Las naciones y los higos

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El conflicto que se ha derivado del llamado “proces”, como antes ocurrió con intentonas similares como el “Plan Ibarretxe”, nos ha obligado a tener, o podríamos decir, soportar, a millones de personas del planeta tierra, un primer plano de la actualidad marcado por el nacionalismo. Ha llegado un punto que ha corrido por los grupos de Whatsapp un chiste que reza: “A Dios pongo por testigo que estoy del referéndum hasta el higo”, pues la saturación ha sido, y está siendo, infame. De hecho, doy por hecho de que este post tendrá, por hartazgo, un máximo de tres lectores, o tal vez, sirva para mermar mi ya de por sí, selecta pero, a la vez, poco concurrida, parroquia. Aunque, semejante sobredosis, no nos libra, todo lo contrario, del esfuerzo de profundizar y aclarar algunos conceptos, ya que, algunos ya se han vuelto locos por el camino, y debe ser nuestra ambición no enloquecer nosotros también. Además, este año me he propuesto entender primero y tratar de explicar después, de forma q

Mi opinión de mierda

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Parece existir un amplio consenso en torno a la idea de que occidente vive un periodo de grave crisis, social, política, económica e institucional. No creo que sea la primera vez ni la última en que, a lo largo de la historia, se vive con la sensación de ir derechos al abismo…Sin embargo, hace tiempo leí un artículo en El País titulado, Las paradojas del progreso: datos para el optimismo , cuyo antetítulo dice: “A pesar de que los políticos populistas se aprovechan del pesimismo de la población, estamos mejorando en todos los parámetros.” Por parámetros se refieren a renta, educación, esperanza de vida o salud. Lo podéis leer aquí: https://elpais.com/internacional/2016/12/29/actualidad/1483020328_085937.html . Para los amantes de las conspiraciones elitistas, tengo que decir que lo escriben unos politólogos bastante sensatos, y si me preguntan, con fondo socialdemócrata. Mi opinión al respecto es ¿estoy loca por percibir que la realidad no es una distopía? ¿por querer leer libros qu

Give me light

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Rebusqué en el bolso la metáfora que supiera incendiarme, hacerme crepitar o al menos que me devolviera a los tiempos en que hilar sílabas se parecía a respirar. -Inspira, respira despacio, expulsa el monóxido. Inspira, expira. Estás hiperventilando sin tus metáforas, como una anguila en camisa de fuerza. (O es que me pone nerviosa esta calma acomodada como les pasaba a los locos del patio de Yucas de Ignacio Carrión) Pero el caso es que busco el mechero-metáfora con desesperación. En el proceso circular enfermizo toco las llaves, la cartera, el bote de cacao y vuelta a las llaves. En este bolso saco inmenso que es como un burdel, un cajón de sastre. E incapaz escudriño allá afuera la tormenta y su tambor de agua sobre la uralita. Pero sólo encuentro “fast words” palabras basura, palabras procesadas y envasadas con sus espesantes, estabilizantes y conservantes. Palabras enlatadas para decir que me falta el aire, que me faltan los botones que se pierden, las pequeñas co

Las nociones ideales

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Las personas idealistas somos, según la RAE en su primera acepción aquellas: 1. adj. Que propenden a representarse las cosas de una manera ideal. Las personas idealistas tenemos, por ello, un problema de conciencia cada vez que se abre una falla en alguna de las instituciones en las que creemos. Hoy me referiré, por cuestiones de actualidad, a la política pero también me pasa con otras nociones susceptibles de ser idealizadas como la familia, el amor o la patria. Porque la corrupción que salpica esta semana la política, más que salpicar la emponzoña, la sumerge en una poza de decepción y fealdad. Por doquier hay políticos procesados, investigados y condenados, judicial y extrajudicialmente. No oculto que hoy es el PP, pero tampoco que ayer lo fue CIU y anteayer el PSOE y de todo aquel partido que algún momento haya tocado poder en algún lugar del mundo. Porque para ser tentado y mancillado, en definitiva, hay que haber tenido al menos la oportunidad. El caso es yo, esa muchacha,

Una casa con cortinas

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Hoy he vuelto a la bici, tal vez acuciada por la inminente ingesta de torrijas pero también alentada por la primavera que da un respiro al frío, los vientos y las lluvias. Además, la bicicleta es un método excelente para la reflexión porque te concede un horizonte largo y porque despega, a la par, pulmones y mente. El caso es que hace una semana, en la reunión de sociólogos a la que me invitan desde hace años (todos, por cierto, gentes más ilustradas y prudentes que yo,) salió el tema de la confianza como elemento de amalgama social. En el sentido de que, se supone que, cuanto mayor es el grado de confianza entre las gentes de una comunidad, mayor es el potencial de agencia de la sociedad civil. Es decir, una sociedad es más civilizada, más activa y más relevante, cuanto mayor es el grado de confianza que los unos tenemos en los otros (se entiende que porque cumplimos y somos dignos de ella). Y esto en términos socio-políticos equivaldría a convertirnos en un quinto poder colosal (p