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Mostrando entradas de 2014

La belleza

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Estoy ahogada de queja, de laberinto. Me falta el aire, me paralizo, me petrifico. Me duelo en seco, sin lágrimas. Como una estatua de sal bíblica, visiones ajenas de desmoronamiento son mi paisaje. Ecos de plañidera mortifican a un país que no se quiere a sí mismo. Y mientras muevo los párpados -la única parte del cuerpo que aún lo logra- contemplo a la sirena que yace sin mar, las garzas sin cielo políticos con corbatas y maestros salvadores que son sólo plastas con jersey de bolas. La música son tambores y percusores propios del combate. El xilofón no vibra ya de tanta tirita de tanta herida. ¿Dónde fuiste a parar belleza? ¿Cómo sonabas? ¿Qué luz bañaba tu cuerpo? ¿Qué alas llevabas puestas, que no las recuerdo? Estás desenfocada, huera, deprimida, herida de campo árido, de alma seca, de parloteo vacuo de papagayo. Zaherida de buitres, ladinos, sin valores. Maltratada por monstruos mezquinos sin mirada.

Pienso luego voy en bus

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Me gusta ir en autobús porque puedo pensar  Literalmente abandono el mantra no pensante,  eso que hacemos los humanos de repetir escenas vividas  y sus encadenamientos  como ruedas de molino. Es eso lo que hacemos tantas veces,  repasar listas,  botones sin coser y yogures por comprar. Analizar lo escrito o leído o escuchado bombardeado  en las sienes como rayas de escaleras mecánicas adheridas a los ojos en el último escalón que engulle la tierra. Procesar, masticando la vida. Como un rumiante mastica la hierba. Pensar es otra cosa. Me refiero a pensar en lo que venga. O lo que ves. O lo que sientes.  Pensar sin red.Un aprendizaje de funambulista. Voy en el bus, con mi cuaderno y pienso. Acaricio los lomos de la Moleskine, -L´essentiel est invisible pour les yeux- como una pitonisa ante su cliente la esfera de cristal. Me siento importante.  No me ahogo en mi ni en la vida.  Soy el tótem y el espíritu de mi cuerpo.  So

Sonrisa en una botella

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Daniel Luminius, pongamos por caso, iba sonriendo por la Avenida de Menéndez y Pelayo. No es que sonriera con fruición inusitada, de forma tan grotesca y teatral que fuera imposible no mirar. Tan sólo era una sonrisa común y corriente de esas que uno pone cuando piensa en algún momento feliz o conversación risueña sin pararse a pensar en el prójimo ajeno que le mira en plan marciano y se pregunta: ¿Y este que hace riéndose sólo? Lo cierto es que Daniel, de aproximadamente 33 años, lleva dos semestres recuperándose de las secuelas de un accidente de tráfico y el coma que le sucedió y le hizo perder buena parte de su función motriz. Razón por la cual pasea a diario y acude a logopeda y fisios semanalmente. Pasea a menudo y suele hacerlo con o sin su madre y siempre en compañía de un bastón y botas de treacking. Algún cursi diría que en lugar de 33 tenía poco menos de dos años con algún eufemismo del tipo "ha vuelto a nacer". Lo cierto es que su aprendizaje se asemejaba al de

Medias, medianas y grandes hombres

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Ayer murió Adolfo Suarez...y bueno me disponía a escribir alguna reflexión a propósito de este hombre que logró lo imposible: convertirse en un referente a izquierda y a derecha...Me venían reiteradamente a la mente palabras como concordia, transición, consenso, centro político, elegancia, atractivo, libertades... En definitiva, si seguía el influjo de lo que había escuchado estos días no iba a decir nada que no estuviera ya manido. Articularía lugares comunes del político que vivió entre dos mundos y dos épocas y fue amado primero por todos y abandonado después por esos mismos, una vez que cumplió con su cometido de hombre bisagra. Lo cierto es que Suarez dejó en general un buen sabor de boca en casi todas las bocas y eso le valió que nadie dijera a su muerte otra cosa que todas esas cosas amables con las que empezaba el post. Pero resulta que otro periodista que como yo no tenía ganas de repetirse añadió una nueva idea, una perífrasis que permite entrar y salir del tema como a tra

La buena vida

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Analizar las palabras medirlas, pesarlas recortarlas, vestirlas, desnudarlas. Pensar. Big. Small. Politics. Life. Leer entre líneas. Comer rápido en cantinas públicas. Esperar las decisiones de otros sus tiempos sus cábalas su silencio que no acaba. Esperar sus palabras para desmenuzarlas, recomponerlas, cortarlas, pegarlas. Decidir. Big. Small. plazos, enmiendas de enmiendas, más palabras. Comprender. Los malos días. Las razones de peso. Big. Small. Compartir, con empatía las horas, un trozo de destino duro y maduro con cierta dosis de afecto al prójimo. Con lealtad y inteligencia equilibradas. Eso quizás no sea suficiente al fin y al cabo. Tal vez sabe a poco en ciertas bocas de esas que se besan sin labios de esos que se juzgan sin tiempo Habrá que perdonarles. No saben lo hacen. En realidad basta y sobra. Porque es esa sin duda la buena vida. La buena vida que nos mantiene juntos en esta empresa temporal que es la vida. El amor a lo qu

La historia de despecho y desencuentro con un novio llamado...Candy Crush

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A la mierda Candy Crush, Métete la gelatina por donde te quepa candy crush. Al carajo las noches de sueño difícil jugada mental tras otra, ensartada de caramelos de colores como una brocheta vegetal. No soy yo, eres tu, con tu putas partidas de dudosa inocencia aleatoria. Eres tú con tus trucos imposibles en el nivel 70, trampeando mis desvelos con chorradas multicolor y chocolates asesinos. Eres un plasta y te dejo. Hasta aquí hemos llegao Eres pasatiempo de parada de autobús,  de sala de espera ginecológica atestada de parturientas,  no el reto personal de un sudoku arco iris. Eres más superficial que una tertulia política,  más falso que una newsletter corporativa multinacional,  más programado que un debate sobre el estado de la nación,  más visto que un ligue de bar en grado de tentativa,  más previsible que una tarde de domingo de sofá, manta y divinity. Adiós, aquí te quedas con un palmo de narices. Yours faithfully. Amelia

Voyeur fabulador

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Acabo de leer un artículo sobre blogueros de moda que se fotografían en lugares de homenaje a las víctimas del holocausto que analiza hasta que punto se puede llegar a banalizar cualquier cosa que algún día creímos intocable. Pero si hoy os cuento una fantasía literaria es posible que algunos penséis, oh sí, que estimulante, emocionante, excitante...especialmente si menciono algunas palabras clave como "voyeur" en este caso. Sin ellas, la mayoría de lectores potenciales no pasaría del primer párrafo. Cuesta asumir abiertamente, como hace un compi de trabajo, que uno tiene la misma sensibilidad de un ornitorrinco y se salta cuando lee las descripciones, introspecciones y otros complementos retóricos. Pero hasta a un ornitorrinco se le eriza el vello de la espalda cuando intuye que puede mirar por ojo de una puerta y ver algo íntimo, especialmente si va sujeto por un liguero de encaje. Imaginad, pues, que ese es el caso. Si ya has llegado hasta aquí sin escena sexual de por

36 grados

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Las gotas empezaron a empaparlo todo Primero unos mechones de pelo junto al cristal después la camisa y el alfeizar de la ventana. Resbalaron después por mi espalda como dedos acariciándome en canal con el pulgar abierto vértebra a vértebra hasta el coxis. Me dolía el lagrimal la glotis la raíz de la lengua. Me sentí vulnerable y magnífica. -Es amor- pensé amor pegado en las costillas la pleura los alvéolos hasta las porosas membranas de la carne y las amígdalas. Amor desbordando los pliegues, los vértices, las comisuras temblantes de la boca del estómago. Amor,  en reflujo por el plexo solar clarividente, no porque es ciego pero sí deslumbrante, sentido de la vida. Fue un golpe de amor monosilábico esencial primario corriendo humildemente en sus pobres mudas. -Estoy viva y templada- lo noté a través del golpe frío de mi piel contra el aluminio. Fui entonces consciente de mi temperatura humana. 36 grados de amor mundano cubierto de lluvia.

Elástico tiempo

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Dicen los viejos que largo es el invierno y corta la vida. Cerca, lejos, contraído, disperso, Elástico-tiempo. Estaciones corriendo como avalanchas, o la existencia al relentí de un diapasón con el outlook de fondo, im-per-té-rri-to. ¿Cuanto falta? Falta mucho. Zas. No queda tiempo. (***El tiempo es como una de esas tiras de latex para ejercitarse que pueden expandirse con cierto esfuerzo pero al final, sabes que sigues sosteniendo un extremo en cada mano.) Por ejemplo, hoy estás cerca. pero 25 años atrás flotando en el mar sin decir palabra también estabas cerca. Y desde entonces, si te soy sincera. nunca he percibido la distancia. La vida resulta confusa, entre experiencias cuentagotas y recuerdos sin bordes, horas de espera en salas de espera acumuladas y paellas de domingo que al segundo son ya retinas mirando los restos amarillos en el plato. Ya sabes, el tiempo lo pone todo en su sitio. Cerca, lejos, contraído, disperso, Elástico-tiempo. Por

La luz

La luz, eso otro distinto a las sombras Esa esfera gaseosa esos dedos finos como estelas ese abrazo cósmico en parábola. Cómo se atrapa tal promesa áurea asida sin cuerpo es los lugares que miramos de pasada. En un párpado, por ejemplo, y su ojo infinitesimal en el pliegue sísmico de algunas bocas. En el hueco convexo de tu barbilla hoy. En las interrogaciones, las exclamaciones y los vocativos. Entre las hojas del castaño troqueladas hace un minuto. Luz punzante a veces en las simas del estómago Súbita en el rostro de todas las caras de sorpresa de satisfacción, de amor, presente siempre en el vértigo y el orgasmo y reconocible por su característico destello metálico y sus ondas expansivas. Justo ahí, en realidad, donde no tenemos el tiempo ni el hábito de quedarnos. Justo allí, delante de nuestras narices umbrosas se nos escapa la luz miopes esperanzados faltos de toda habilidad y paciencia. Porque de hecho, basta con quedarse a esperar tranquilamente p

Las sombras

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Cuantos cafés hay que servir cuantos libros leer cuantas veces los labios apretar para ser humilde. Cuantos jefes superiores en verdad ejemplarizantes se han de suceder para saberse mediano y no imponer a la razón la estulticia... Cómo poder si no tomar la medida de uno mismo la talla aproximada y el color de las aristas. O por el contrario, cuanto miedo y estupidez son necesarios para no crecer y aparentemente confortables morir en vida sin ser mejores. A veces basta con rodearse de hombrecillos banales cabroncetes humanos adormidera que con sus ruidos y marañas emponzoñan el camino claro hacia esa muerte. Y en la oscuridad de la acera gris asfalto igual a tantas irreconocible es fácil perder la pista y el traje y la divisa y el nombre que hueco ya sin ser humano se balancea torpemente entre las sombras.

Patriotas en busca de exilio

Hace más de un año que abandoné el exilio. Pero sólo metafóricamente. En realidad estaba forzada a exiliarme del exilio por la existencia secular de una patria en apuros. Obligada por la prosa inmisericorde a ser pragmática con pequeñas pausas, como golosinas para el can que come de tu mano, solo que las golosinas son caramelos de Candy Crush que veo repetidamente caer cuando cierro los ojos.. He vuelto...al menos, quiero constatar que no me he ido. Creo que escucho un grillo que no me deja dormir del todo. Y eso es bueno. ;-)