Razones estéticas
Hoy he vuelto a ver a Caradeajo en el 14 y una vez más ha dado purebas de las infinitas interpretaciones posibles del cuello Mao. Pero Caradeajo no puede tampoco negar un pasado burgués deducible a partir de los indicadores clave:
1. Muñeca vuelta al bies mientras sujeta la bolsa del almuerzo. Ademán en ciertos foros considerado “amanerado” y
2. Pelo siempre ahuecado, de peluquería, natural, sí, yeah, whatever…perfecto con ese toque estático de impostura.
Como el atuendo de Caradeajo no daba más de sí me puse a reflexionar sobre el espectacular vestido de Sarah Jessica Parker en el cartel promocional de Sexo en NY. Una cosa ha llevado a la otra y me he encontrado pensando en la moda y en esa importancia radical de transformarse mediante el aspecto exterior. Mi prima Sonia “la divina” asegura transformarse totalmente cuando lleva tacones, lo mismo que Caradeajo con su cuello Mao y su bolso de piel-piel.
Yo también me transformo con idético artificio cuando me enfundo mi conjunto blanqui-negro de ejecutiva, mi outfit rosa-pink o esos otros de inspiración no pink sino punk, radio tres con toques de Rosario Nadal. O esos otros looks imposibles, geométricamente equívocos, cromáticamente aversivos que te hacen preguntarte ¿cómo he llegado hasta aquí? Y es que la estética no lo es todo, pero es mucho, no lo dudeis. Lo estético no es superfluo por definición, residual o frívolo. Lo estético impregna la moda, el paisajismo, el diseño, el interiorismo. Está presente en la pintura, la retórica y la armonía, la fotografía, la escultura o el protocolo, la publicidad, la gastronomía, la belleza…
1. Muñeca vuelta al bies mientras sujeta la bolsa del almuerzo. Ademán en ciertos foros considerado “amanerado” y
2. Pelo siempre ahuecado, de peluquería, natural, sí, yeah, whatever…perfecto con ese toque estático de impostura.
Como el atuendo de Caradeajo no daba más de sí me puse a reflexionar sobre el espectacular vestido de Sarah Jessica Parker en el cartel promocional de Sexo en NY. Una cosa ha llevado a la otra y me he encontrado pensando en la moda y en esa importancia radical de transformarse mediante el aspecto exterior. Mi prima Sonia “la divina” asegura transformarse totalmente cuando lleva tacones, lo mismo que Caradeajo con su cuello Mao y su bolso de piel-piel.
Yo también me transformo con idético artificio cuando me enfundo mi conjunto blanqui-negro de ejecutiva, mi outfit rosa-pink o esos otros de inspiración no pink sino punk, radio tres con toques de Rosario Nadal. O esos otros looks imposibles, geométricamente equívocos, cromáticamente aversivos que te hacen preguntarte ¿cómo he llegado hasta aquí? Y es que la estética no lo es todo, pero es mucho, no lo dudeis. Lo estético no es superfluo por definición, residual o frívolo. Lo estético impregna la moda, el paisajismo, el diseño, el interiorismo. Está presente en la pintura, la retórica y la armonía, la fotografía, la escultura o el protocolo, la publicidad, la gastronomía, la belleza…
Adoro cuando la gente atribuye a la estética el valor que merece. Y no el valor gratuito que se le da en ocasiones, si no el valor que le pertenece.
ResponderEliminarA lo largo de la historia muchos de los grandes filósofos trataron la estética en sus obras y estudios, esto no es nuevo... sin mebargo, se le sigue dando ese toque de superficialidad y materialismo, cuando, realmente, la estética puede mostrar por fuera lo que está en la profundidad de nosotros, lo que somos y lo que aspiramos a ser.
Por desgracia, un concepto infravalorado aún, aunque en proceso de descubrimeinto y conquista de su gran poder.