De tendencias y aniversarios

Ando unos días literariamente seca. Nada que ver con la inspiración mitológica de los poetas, más bien dispersa contemplativa, como a otra cosa…
Resulta que ahora prefiero mirar a la gente. Me he salido de mí, me he extrovertido. Ahora me detengo en el lector voraz del 14 que lee Martin Amis y Roberto Bolaño o en Caradeajo, a la que ayer, sin ir más lejos pude oir la voz cuando la cedí el sitio, -¿no te vas a sentar?- dijo como un pajarito. La noté menos rígida, algo asustada o comedida.
Pero en general me centro en analizar los atuendos de las mujeres que pasan, las elecciones que hacen en materia de calzado, los colores, los modelos de bolsos o de orquillas…son algo más que complementos, son una declaración de principios: quiero ser una mujer elegante que viaja, una mujer sexi que te echa el humo en la cara o profesora de yoga a la que el aspecto exterior no le importa demasiado o hoy quiero sentir la brisa del verano entre mis piernas y esa sensación única de una falda de seda que vuela al caminar porque lo importante no es lo que llevo sino lo que cuento, el hilo conductor, no mis sandalias o lo contrario, mis sandalias lo son todo, leo Marie Claire o mejor Vogue USA, tengo mechas californianas y camiseta de rayas marineras…es evidente que soy una mujer de hoy…aunque nada de esto es comparable al hecho de ver a una embarazada de seis meses con una falda globo…
Supongo que mi prima Sonia estará encantada con esta deriva mia de coolhunter en el 14 aunque ahora que me detengo y miro por dentro sé que hoy tenía otra historia que contar, la historia de una mujer que se casó un día como hoy con un vestido de mariposas y un hombre nervioso y maravillado en la ciudad de sus sueños. Y podría contarlo con detalle, porque recuerdo mis sensaciones en cada curva hasta molinos de papel, mi padre nervioso porque la lluvia repentina mancharía el coche de la novia, mi madre nerviosa porque había olvidado el lanzador de pétalos en el hotel y yo nerviosa como en las bambalinas de mi propia vida. Luego todo a cámara rápida, luego a Cámara lenta, Jorge sonriendo, todos emocionados con la música, mi poema de amor, el granizo, mi hermano en su descapotable, las fotografías, Jorge olvidando el baile ensayado durante meses, mi madre distraida repartiendo rosquillas, los amigos bailando, enloqueciendo, siendo infieles a sus amantes infieles…algo único que recuerdo a fotogramas...como si acabara de ocurrir ayer.
Hoy seguro que tomaré un buen blanco fermentado en barrica en algún lugar maravilloso con George, quizás un Manuel Manzaneque de Finca Elez como aquella vez hace años en Zalacaín…

Comentarios

  1. Se me saltaron las lágrimas con el poema, ójala yo, llegado el futuro momento, tuviese el valor de expresar públicamente mi particular declaración de amor.

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  2. Ah!y seguro que a tu prima Sonia le encantan tus sabias observaciones de coolhunter:)

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