Hoy me ha tocado la lotería

Hoy me han tocado la lotería. Bueno, en realidad ni siquiera me han tocado a mí, sino que mi padre me ha participado la mitad de su premio junto a mi hermano.
Minutos antes de la noticia ibamos diciendo en la ofi cuanto dinero sería necesario para que nuestra vida cambiara radicalmente. Yo no me conformaba con menos de un décimo del gordo. Mi compi JL, en cambio, era más ambicioso y cifraba en 4 millones de euros la cuantía verdaderamente transformadora, una vez descontados los gastos fijos impepinables de todo hijo de vecino, casas, coches, deudas anteriores y sueldos vitalicios para no tener que trabajar nunca jamás.
En mi versión más barata de la suerte, con mis 300.000 euros me hubiera ido con mi familia a vivir dos años fuera de España mientras yo hacía el curso de mis sueño en Harvard y Jorge hacía lo que le diera la real gana (prospecciones del sector del vino en la costa este o clases de karate para niños).
Unos minutos después llamó mi hermano. Al principio no le entendía ¿qué dices? no te oigo bien. SFFFFFFFFFssssatttttttttquepapájjlllllllllllsiemprecompralaloteríajqqqqqenla misma administracióndelacallebravomurilloffffffffffffffffffffkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkosea queNOS HA TOCADO LA LOTERÍA.
De repente contube la respiración, y contube los nervios, tal y como suelo hacer en los momentos críticos, actuando con calma y autocontrol, como si nada. Yo lo asimilo con la dignididad pero es también una especie de prevención contra frustraciones sobrevenidas.
Esta vez era cierto. No podría creerlo. La lotería era la única opción que en mis reflexiones de happyswifter no había barajado.
Me veía en el campus en otoño, con los nenes corriendo sobre las hojas secas y esa sensación de vértigo de película.
¿queeeeeeee? ¿en serioooo? ¿seiscientos eurosssss? sonreí pero en realidad por dentro me sentía como cuando doblas la esquina y el 14 arranca sin tí.
Bueno, al final no nos ha cambiado la vida. Aunque me arregla es mes, la verdad.
Más resignada, ya no me visualizaba en Harvard aunque sí en un buen masajista zen. Y me compraba unos zapatos que no necesitaba pero que costaban más de lo que hoy podía pagar sin dolor.
¿comooooooooo? aaaaaaaaah.....60 euros..........
Finalmente no cambiaba mi vida y tampoco mi mes pero mejoraba, sí, mi depauperado saldo durante unos días.
Nada. Sesenta euros de nada. Todo sigue, como era previsible, tal cual estaba por una común, insignificante, aleatoría, caprichosa y simple, cuestión de ceros.

Comentarios

  1. Doblar la esquina y observar como el 14 se aleja sin ti es algo que podrá ocurrirte continuamente, pero ganar sesenta euros en la lotería es algo que no ocurre muy a menudo. Bueno, también te lo dice un tipo que no compra boletos de la suerte nunca, pero tampoco conozco a mucha gente que le haya tocado algún premio, ya sea copioso o escaso.

    De cualquier forma aquí te dejo mi mas sincera enhorabuena.

    ResponderEliminar
  2. Lo único mal de que te toquen 60 euros es que te toquen después de haber creído firmemente que te tocaron 600. Cuestión de contrastes, I guess.
    Yo tampoco juego y en ese sentido la ganancia ha sido una gran sorpresa.
    Harvard tendrá que esperar...

    ResponderEliminar
  3. yo también estuve haciendo elucubraciones calculísticas para llegaar a la cantidad suelo para una vida nueva. la verdad es que toda una suerte de gastos sobrevenidos y molestos surgían cada vez que estimábamos conformarnos con algo que no fuera el gordo. el caso es que M.C., he aquí una ganadora durante varios años consecutivos de premios que pueden suponer un bolso o unos zapatos indoloros por una vez. ganar un premio de consolación te deja:
    uno.- un saborcillo a mediocridad ("porqué coño ya que toca no me cae algo verdaderamente transfigurador??")
    dos.- consecuente sentimiento de culpabilidad: seré idiota, al menos, o incluso que me ha tocado. no se puede ser tan desagradecida con la vida?
    en fin. seguiremos soñando. te diré, Susana, que me produce envidia que tengas un sueño tan perfilado. el caso es que no logro encontrar algo que hacer con tanto dinero salvo respirar tranquila sobre mi futuro económico. lo demás, página en blanco a rellenar cuando me encuentre con "el problema"
    yoursfaithfully

    ResponderEliminar
  4. Hola Gusanita, soy KQ patalsargas, qué casualidades tiene la vida, titi. Yo hace unos meses hice una reflexión similar. Se la envié a un amigo. Te la ahí-junto: Se me olvidó contarte que me ha tocado la lotería, la primi, siempre jugamos la misma lista de días de cumpleaños. Solo 4 aciertos, solo sesentaipico euros, casi tresmil si hubiera salido el 21 en vez del 22. ¿Que voy a hacer con ello? ¿Qué haría si hubiera sido más? Nada que me vaya a cambiar la vida. Comerme un pulpito y una botellita de cava, que me apetece. Y seguir echándote de menos. Ya ves, una prueba más de que lo importante en la vida no se compra. Por eso merece la pena disfrutar de lo que ya tenemos y no suspirar por lo que no podemos comprarnos. Aunque da gustito, eso no te lo niego.

    ResponderEliminar
  5. Sí, está claro que somos unos postmodernos casi felices y eso está fenomenal. Fantastic! como diría Dora la Exploradora. Eso quiere decir que hemos superado el reto adaptativo. Ahora se hace el silencio, desde que sabemos que el país más pobre de la tierra, ha quedado enterrado en ella. ¿qué soñarán en Haití hacer si les calleran del cielo loterías en lugar de terremotos? Tenemos una suerte inmensa de comer pulpo y beber cava.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Inner Fight

Nos partió un rayo

Algo bonito