Contra el viento

Nunca tuve instinto maternal, si acaso durante las largas horas de la infancia en las que cuidé al nenuco. Pero a parte de eso, nunca idealicé la lactancia, ni suspiré por el niño en brazos, ni perdí la vista tras carritos ajenos. Muy al contrario, tendí a sentirme ajena y desposeída de esa cualidad de madre potencial.
Sin embargo, años más tarde una descubre que una ama a sus hijos por razones muy distintas al instinto pero tan efectivas como esos otros designios de la naturaleza.
Una va descubriendo ese amor en abrazos taciturnos y esos momentos mágicos en que un hijo reposa la cabeza mientras la mano de mamá se adentra cálida en su pelo. Y en esos juegos de agua y cabriolas felices en que al mirarlos quedamos al tiempo, ensopados y perplejos, olvidados ya de lo increíblemente divertido que es salpicar.
Una madre queda definitivamente loca de amor el día en que sin pedirlo ni merecerlo una hijita confiesa con su voz de cristal azul: mamá te quiero.
Sólo después, ya conquistados sin remedio basta verlos dormidos, con sus pieles templadas como de bizcocho salido del horno o pillados mientras cantan canciones que sólo conocen a medias, corriendo mientras buscan cómplices de juego no porque tengan prisa (porque desconocen lo que es la prisa) sino por el puro y simple placer de correr. Como mi hija y yo mientras gritamos calle abajo “contra el vieeeeento”.

Comentarios

  1. Gracias a Carmela`s he conocido tu lugar, tu espacio poético y armónico repleto de dibujos tan salvajes. Gracias Susana.
    Vivo en el subsuelo de la -3, Pº de la Castellana ,43.

    Un saludo

    M.C

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  2. conociendo a tus hijos y sabiendo la sensación que supone correr con tu hija contra el viento, no puedo sino suscribir el post en su totalidad. Me encanta la idea de lo de la piel templada y recién salida del horno, gracias por hacerme padrino.

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  3. Joder, MC, no se me ocurre destino más "underground" que estar n la -3 de C43...!!! Espero poder iluminar también esa parte del subsuelo!!!

    Pedja, no dejes de correr calle abajo siempre que tengas oportunidad. Y si es con Sara mejor que mejor.

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  4. Es cierto que nunca te descubrí mirando carritos ni haciendo carantoñas a niños pequeños, de hecho era yo el que jugaba con tus primos pequeños mientras tú fumabas y hablabas de política y sociedad.... Sin embargo ahora eres esa MADRE, sí, con mayúsculas, que prepara con amor esos purés en marmitas caseras para que tus hijos se alimenten mientras cantais a las bicicletas rojas y verdes. Cuando juegas con la coletitas y te hace reir mucho más de lo que te has reído conmigo. Cuando el gordo te agarra y sonríe, con esa cara de angel bruto y bonachón.
    Y esto es sólo el comienzo. Nos quedan muchos juegos y risas (también noches sin dormir...)y ahí me tendrás para acompañarte y disfrutar de estos niños maravillosos...

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  5. Felicidades a los padres, me habéis emocionado. Seguir así de felices.

    María, la bailarina

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