Nadie hablaba de otra cosa: los indignaos del reino de España concentrados en la Puerta del Sol. Les prohíben hacerlo o no y unos y otros dicen que les apoyan. La gente se acerca a curiosear, los niños se rifan las pegatinas. Yo, presa de la fobia a las multitudes me mantengo al margen, refrigerada ante el calentón cívico. Aún no he leído nada pero atando cabos algo huele a algo, algo se parece a algo y al menos una novedad evidente: la gente ahora habla de política en cualquier lugar. Se ha abierto la veda del debate público. Confieso que temo que el guión ya esté escrito, que los eslóganes me resulten familiares, que las propuestas ya estén mascadas y no pueda, como suelo, comprar el pack de productos pues devienen indivisibles y unidos por una cinta plastificada que hace las veces de filtro ideológico. Pero aún no he leído nada y no sojuzgo. Abro la web y leo el manifiesto y el programa. Empieza bien, casi irresistible “somos gente normal, gente como tú que madruga para ir a trabaja
Muchas gracias Doña Amelia. Brindaré con vino sin rebajar por usted, por los suyos y evidentemente por Borges.
ResponderEliminarMe alegra saber que te sientes contenta. El sol ondea y quizá sean sus ardientes rayos los que te hayan contagiado de tanta dicha.
Santè!!
Reciba un cordial Saludo.
M.C