Los prosaicos

El recital de poemas de Igualando Versos me dio la entrada. Allí escuche canciones de Patty de Frutos que eran versos corridos cantados desde el estómago que ella se agarraba apasionadamente. Comencé a leerla, verla y escucharla. Es una mujer con talento, con una fuerza interior potente, apasionada. Y abrió también una puerta a la reflexión más distante que suelo emplear para entender mi entorno.
Comencé a retomar el enfoque poético en el día a día. ¿En que consiste? en realidad en embellecer, desmenuzar, engrandecer las emociones, magnificar lo pequeño, hacer de la imagen el vehículo. Es una técnica sutil, casi artesanal que sólo es posible poner en práctica cuando nace de dentro.
A mi alrededor, entiendo que por todas partes, predominan los prosaicos. Son gentes amables y bien educadas o por el contrario secas y unidimensionales, pero por lo general, gentes que pragmáticas y resolutiva ocupan sin conflicto su lugar en el mundo. No pierden el tiempo contemplado o contemplándose. Como el escorpión y la rana, no pueden evitarlo, es su naturaleza prosaica.
Ocupan por derecho los puestos de mando. Aún hoy son preferidos en los procesos de personal más convencionales. Sólo una vez, un posible empleador confesó valorar las empresas que contaban con varios filósofos entre sus filas. Pero, habitualmente las organizaciones no buscarán poetas o filósofos que mediten sobre la luz que se posa en lo convexo, rara vez depositarán el liderazgo en quienes ambicionan conversar sobre la vida y su belleza sino en quien comprenda con soltura la estructura de los Presupuestos Generales del Estado o de un Informe sobre la Cuenta General.
Sin embargo, aunque mi evolución ha sido también a la prosa, mantengo agarradas, como Patty de Frutos cuando canta, las manos al vientre. Hasta tal punto que sólo la proclamación del amor y la belleza ha logrado que sienta interés intelectual por el 15M.
Quienes narramos en verso, al final, estamos solos, solos pero erguidos sobre un mundo que necesita a gritos un cambio de enfoque.
En un extraño libro que leí hace años, El Amor y Occidente, de un tal Maurice de Rougemont, se sostenía la teoría de que fueron los trovadores cátaros quienes dieron origen al amor cortés, utilizando las canciones como vehículo para esquivar la persecución religiosa sufrida por esta secta. La metáfora era su salvoconducto, la música era su espacio de libertad. Las canciones su catecismo.
Después de todo, no vendría mal un poco de literatura para envolver esta época de crisis, un poco de realismo mágico para entender tanta prosa financiera. La poesía como herramienta al servicio de las virtudes cívicas.

Comentarios

  1. abro un mail de GenerandoIgualdad,
    nuestras hermosas saben despertar un viernes
    y Kosmos dice que lloverá, el gato siempre acierta.

    por lo demás no alcanzo a esa mezcla de admiración en la explicación, o de agradecimiento con vergüenza, de esa que, de llevar razón, se dará de tortas con la impotencia y con el sosiego, mantener la sonrisa por cada Carmela y cada niña. a mi prima Carmen le llamamos Carmela de vez en cuando y viene corriendo, con sus inocencias intactas y sus seis años gritando que no, que aprendió a pronunciar la R así que ella quiere seguir siendo Carrrrrrmen! así, fuerte.
    este abrazo te llega, seguro.
    en tus trazos detalle hay una energía que logrará la victoria, de eso también estoy segura. gracias. cerca

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  2. Sí, la victoria nos la llevamos puesta. Hace años pensaba que siempre siempre ganarían los buenos. Hace algunos años menos entendí que no. Ahora tengo claro que no se puede arrebatar a un prosaico la poesía que nunca tuvo y en consecuencia siempre fue la suya una derrota por omisión, la derrota de no tener nunca la belleza que alimenta y la poesía que multiplica por mil el tiempo y el espacio. Ese tipo de pobreza por omisión.
    Y tu Ruvia con uve de lluvia sigue feliz como una rana.

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