El movimiento invisible
No se ve pero existe. Igual que la fantasía de esperar a que florezca un brote o nos crezca el pelo. No se ve pero crece. Lo mismo que cuando tomamos determinaciones o aprendemos el padrenuestro . Ignoraremos el comienzo del proceso y su final, pero algo habrá cambiado. Cuando nos movemos hacia ese destino, que no es el " fatum " griego sino nuestra senda, sea cual sea, nos movemos paso a paso hasta él. Con el tiempo incluso aprendemos a percibir las señales de ese movimiento invisible que nos lleva hasta el sitio exacto en el que nos encontramos. A veces, en cambio, parece tan lento que se asemeja al inmovilismo y la desidia. Un día estaremos ya allí y descartado el teletransporte se tratará de una motricidad voluntaria y dirigida: una conquista personal.
Entonces, quizás, tendremos la sensación de que hemos llegado con una facilidad pasmosa mientras dejamos detrás las dudas, la impaciencia y la desesperanza . Tal es el lento y sutil movimiento humano hacia el cam